Mi educación formal fue en el campo de la ingeniería química hace ya un buen número de años. Aprendimos muchas fórmulas y conceptos que he aplicado a lo largo del tiempo en ese y otros campos muy diversos. Sin embargo, poco se nos enseñó sobre un tema que el tiempo me ha demostrado ser la fuente de la gran mayoría de nuestros problemas: la comunicación. La experiencia e intercambios con amigos me han llevado a concebir una solución en términos de responder una secuencia de 6 reacciones expresadas por nuestro interlocutor (qué bien podría ser el objetivo de la publicidad de nuestro producto):
1- ¿tu quien eres? – es la expresión de la desconfianza ante un desconocido y requiere una respuesta que exponga honestamente nuestros objetivos y procedencia.
2- ¡no te creo! – con esto se cuestiona nuestra credibilidad y exige que mostremos las credenciales que dan soporte a nuestro mensaje
3– ¡no me interesa! – una vez vencidos los dos obstáculos anteriores, nuestro mensaje debe ser especialmente atractivo para vencer esta actitud típica provocada por el sobrebombardeo de información en la sociedad moderna.
4- ¡no tengo tiempo! – a lo mejor nos creen y se interesan, ahora hace falta que nuestro mensaje sea conciso en congruencia con las típicas agendas sobrecargadas.
5- ¡no te entiendo! – con poco tiempo a nuestra disposición, el reto de la claridad en el mensaje se vuelve doblemente difícil.
6- ¿qué me dijiste?- aún si llegamos hasta aquí, corremos el gran riesgo del olvido. El broche de oro es una palabra, una frase o una idea que asegure la recordación.
La sugerencia es sencilla. Al preparar nuestro mensaje ya sea en un diálogo uno a uno o en el diseño de una campaña de publicidad, debemos asegurarnos que en forma secuenciada vamos respondiendo una a una de estas preguntas y reacciones que de seguro vamos a enfrentar.
¿Y esto por que es relevante en un proceso de clusterización? Pues simplemente porque la esencia de la clusterización es el proceso humano que lo hace posible y en todo proceso humano la comunicación es fundamental. Pensemos simplemente la tarea y el reto del líder responsable de una iniciativa de clusters. Debe primero que nada vender la idea general y después, en innumerables ocasiones, vencer múltiples obstáculos en su implementación. En todos estos casos, el contar con una buena estrategia de comunicación hace la diferencia. Para esto, las reglas anteriores son una buena alternativa.
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