La Innovación, ¿una Respuesta para el Desarrollo Regional y la Evolución de Clústeres?

UAMLeonardo, investigador en la Universidad Autónoma Metropolitana en la Cd. de México, nos comparte esta nota sobre uno de sus temas favoritos. Leonardo se interesa principalmente sobre la transición de nuestras economías hacia la «Economía del Conocimiento» y los procesos de ‘Catching-Up’ que lo pueden soportar.

Por M.E.I Leonardo Souza García

Quizás uno de los conceptos mas difundidos actualmente en el ambiente empresarial y de los clústeres sea la innovación. Parece que el término es ubicuo, lo encontramos en todas partes: en los manuales de desarrollo industrial, en conferencias y hasta en la mercadotecnia. De alguna manera nosotros mismos hemos tenido alguna experiencia con su seductora noción de cambio y evolución.

Sin embargo, a pesar de su reconocida importancia resulta un tema poco explorado desde el punto de vista de los países en desarrollo. Dejando aún varias preguntas sobre la manera en que  nuestras regiones pueden participar de sus beneficios. Sobre todo cuando reconocemos que en América Latina predominan dos circunstancias.

  • Sectores productivos maduros o en commodities
  • Producción científica alejada de las necesidades de las empresas o clústeres

Una vez que identificamos esto, queda claro que la innovación en nuestros países presenta dificultades para ocurrir fluidamente. Las empresas no requieren innovar para mantenerse en sus mercados. Como tampoco la ciencia suele acercarse al sector productivo para atender sus problemáticas. En pocas palabras, existe un desencuentro entre oferta y demanda de conocimiento.

En consecuencia se requiere de un impulso gubernamental que incentive a las empresas a querer innovar. No obstante, antes de postular cualquier intervención, seria conveniente preguntarnos:

¿Porque las regiones deberían involucrarse en tareas de innovación?  y  ¿cuales ventajas representa para un esquema de clústeres?

Las respuestas de las instancias especializadas son variadas pero suelen ocurrir en el marco de países avanzados, por lo que aquí plantearemos los beneficios desde la realidad de los países en desarrollo.

Los beneficios de la innovación para las regiones en desarrollo

La innovación de producto permite reconvertir los sectores maduros o en procesos de poco valor agregado. Se crean productos altamente diferenciados capaces de acceder a mejores mercados y tasas de ganancia. Como consecuencia la competencia  se verá alejada de las cualidades de los nuevos productos y la empresa innovadora podrá ampliar  su cuota de mercado.

Asimismo crear un nuevo producto implica cambios simultáneos internos en los procesos de la firma. Las empresas necesitan modernizarse operacionalmente e incurren consecuentemente en innovaciones de proceso. De esta manera se mejora la calidad y la eficiencia operativa que hoy en día demanda la competencia globalizada.

En todo este cambio de procesos y productos diferenciados la empresa innovadora crea nuevos espacios para el recurso humano calificado. Se vuelve indispensable contar con profesionistas, tecnólogos e inclusive científicos que aterricen y mantengan el proyecto. Sobretodo si la empresa decide envolverse en una estrategia de innovación sistemática para competir en mercados cada vez más atractivos. De tal suerte, las empresas contratan personal especializado que recibe mejores salarios y eleva la capacidad adquisitiva de la población.

Quizás lo más destacable de la innovación para los países en desarrollo sea la posibilidad de participar en las bondades de la globalización. Al elevar la sofisticación de nuestros productos y calidad de procesos es posible acceder a los mercados internacionales. Aquellos que pagan mejores precios y participan tan solo algunas empresas consideradas lideres.  Asimismo esta capacidad competitiva renovada por la innovación sirve para defender nuestros mercados locales. Los cuales comienzan a ganar mayor terreno por parte de las empresas extranjeras. Donde nuestras PYMES tienen dificultades para responder en igualdad de condiciones.  Sobre todo cuando las firmas del exterior desarrollan productos de mayor complejidad tecnológica y basados en conocimiento científico,. Es decir compiten con innovación.

En resumen la innovación es un arma poderosa que puede reconvertir la productividad de una región, aunque existan sectores maduros o de poca intensidad tecnológica. Los beneficios para las regiones son el obtener un mayor valor agregado por su producción, mejorar el  empleo y en general el fortalecimiento de su capacidad competitiva para responder a una creciente globalización.

En hora buena clúster-maniacos!!!. Ahora esta en nuestras manos el reto de hacer la innovación algo posible, pero principalmente ayudar a potenciar que nuestras regiones participen en la “economía del conocimiento”. De tal forma podemos evitar convertirnos en meros espectadores de este singular banquete de la globalización, donde los invitados bien podríamos ser nosotros como región, no creen?

Agradezco el espacio para plantear estas ideas y cualquier comentario que aporte a la reflexión colectiva es siempre bienvenido, saludos a todos

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