Una reflexión personal en el día previo a las elecciones federales intermedias en México.
Cuantas veces, por no crearnos un conflicto personal, preferimos quedarnos callados o cuando mucho apenas llegamos a comentar nuestra discrepancia con un tercero. Ésta es una de las razones de la pobre comunicación que nos caracteriza en las relaciones personales, en los negocios y con los gobiernos. Este miedo a confrontar y a defender nuestros puntos de vista nos lleva a aceptar a personas, situaciones y decisiones que bien sabemos no llevarán a nada bueno.
Tampoco ayuda la comodidad, la pereza ni el egoísmo de quien no se ve afectado directamente y que cierra los ojos a agresiones y abusos al prójimo, que son al final de cuentas agresiones y abusos a nosotros mismos.
Por eso tenemos los gobernantes que tenemos y por eso no somos capaces de crear asociaciones exitosas ya sea para fines civiles o empresariales. Lo que más lastima es que somos nosotros mismos la causa de que los autoproclamados líderes, conocedores de nuestra cobardía, nuestra apatía o nuestra ambición, se den el lujo de repetirnos la dosis en cuanta ocasión tengan.
Que mejor manera de concluir esta precipitada reflexión que con esta cita del poeta, paisano chihuahuense, Gaspar Orozco:
A los poetas,
como a todos los hombres,
los mata la muerte,
pero a la mayoría,
los mata la vida,
por dejadez,
por abulia,
por rutina,
por cobardía.
o por lo que es peor,
… por el pan de cada día
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que bonito poema!! y canta verdad encierra!!
en nuestro día a día podemos ir haciendo cosas adelante, pero suerte que han exisitido personajes como el Che que decía: «hasta la victoria siempre».