Todo proceso de clusterización es un proceso de aprendizaje. Aprenden por un lado los líderes una nueva manera de promover el desarrollo regional en base a la colaboración, el planteamiento estratégico, la anticipación y el involucramiento de todos los actores interesados. Aprenden los empresarios el concepto de “coopetencia” (cooperación con sus competidores locales) y a asumir nuevos niveles de responsabilidad por su entorno. El sector laboral ve con nuevos ojos su rol en la mejora de la productividad individual y colectiva. El sector académico por su parte encuentra nuevas y mejores maneras de vincularse con el sector productivo, asumiendo un papel más activo y directo en el desarrollo local. Pero, ¿y la comunidad, qué aprende?.
Comunicación del proceso de clusterización
Al presenciar y ser parte de nuevas formas de operar, la comunidad adquiere también nuevos hábitos y adopta nuevas actitudes. Para esto es necesario que el proceso de clusterización cuente con un buen programa de comunicación social y promoción con el que se difunda no sólo una visión de futuro para la región sino también los ejemplos concretos de colaboración y sus resultados. La comunicación servirá además para atraer nuevos actores y despertar nuevos focos de interés. En el tiempo, un buen programa de comunicación tendrá como efecto el facilitar la permanencia y sostenibilidad del esfuerzo. Estos efectos no medibles del aprendizaje comunitario se traducen en un aumento del capital social del la región.
Aprendizaje Comunitario
Por su naturaleza intangible no es fácil aquilatar este aprendizaje comunitario. Sin embargo, es posible identificar la emergencia y/o intensificación de una serie de actitudes claves para el desarrollo regional:
– Planeación y la importancia de la anticipación – la necesidad de planear y las metodologías para hacerlo se vuelven parte del lenguaje común de empresas, grupos de empresas, organizaciones civiles y en general cualquier esfuerzo colectivo. Vemos así proliferar las ‘Misiones’ y las ‘Visiones’, los ‘Retos Estratégicos’ y las ‘Estrategias Irreductibles’ y los ‘Escenarios’ de la Prospectiva Estratégica.
– Colaboración – se disminuyen las posiciones encontradas y se encuentran nuevas opciones y alternativas de colaboración entre empresas, entre éstas y el gobierno y entre las empresas y su entorno social.
– Confianza – Nuevas reglas de interacción que propician la confianza y por ende el capital social al volverse más transparente las intenciones y la manera de actuar de los diferentes actores.
– Ganar-Ganar – los enfoques de ‘suma-cero’ son sustituidos por esfuerzos sinceros para que todos ganen.
– Liderazgo múltiple – se reconoce que todos tenemos un papel a jugar y que no podemos seguir esperando a que alguien (un ‘caudillo’) venga a salvarnos. Cada quien en su esfera de influencia asume el liderazgo necesario.
– Toma de iniciativa – una nueva orientación a la acción basada en una identificación compartida de las tareas prioritarias en los diferentes ámbitos.
– Responsabilidad compartida – ya no se habla de que uno u otro no está siendo su tarea o de que todos los problemas son responsabilidad de gobierno. La tarea es de todos y todos nos involucramos con compromiso y responsabilidad.
Cambios de esta magnitud, aunque sean parciales, están al alcance de un proceso de clusterización amplio, sostenido y bien organizado. De nosotros depende.
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