Como la gran mayoría de las actividades humanas, el proceso de clusterización tiene objetivos y busca beneficios. Los beneficiarios directos de este esfuerzo son claramente las empresas participantes. En contraste con otros tipos de acciones de apoyo más puntuales, el impacto de un cluster no necesariamente puede apreciarse en el corto plazo, aunque tiene importantes ventajas en términos de sostenibilidad y permanencia. Como política pública de apoyo empresarial, la clusterización presenta una ventaja adicional ya que los beneficios se extienden en gran medida a empresas del mismo u otros sectores, aunque no participen directamente en el esfuerzo, ya que uno de los resultados de la clusterización es el desarrollo de una mejor infraestructura económica (incluyendo la infraestructura física, de talento humano, financiera y de regulaciones y clima de negocios) y un mejor ambiente empresarial, donde la competencia y la colaboración actúan en sinergia, elementos todos de provecho general.
El beneficio, sin embargo, no se limita a las empresas ya que un mejor desempeño de las mismas impulsa la actividad económica en general y por ende la creación de riqueza y su distribución a través de nuevos empleos y otros mecanismos. En este contexto, una actuación socialmente responsable de las empresas puede traducirse en una mejora de calidad de vida de toda la comunidad. Este beneficio extendido justifica el involucramiento del gobierno y la academia en la clusterización a través de la denominada Triple Hélice.
Triple Hélice
El gobierno tiene un mandato de servicio público y de protección de los intereses de la población en general. Sin embargo, su disponibilidad de recursos en forma sostenida para estos propósitos depende de una una economía sana y un sector productivo vigoroso y competitivo. Por su parte, las instituciones académicas tienen como objetivos la educación y la creación de conocimiento. No sólo los recursos para esto dependen igualmente de una economía sana sino también la viabilidad de sus “productos” (estudiantes, ciencia) dependen en una proporción importante de las oportunidades de empleo y de aplicación oportuna de tecnologías en las empresas.
El círculo se cierra cuando los recursos que las empresas aportan en forma de impuestos y otras contribuciones para el financiamiento del gobierno y la academia regresan en forma de mejor infraestructura y personal bien preparado. El círculo se vuelve virtuoso cuando el cluster y sus empresas crecen y generan más recursos para el desarrollo de una infraestructura económica que a su vez los vuelve más competitivos.
Bajo esta perspectiva, la colaboración en la Triple Hélice adquiere un sentido especial al generar en forma conjunta efectos positivos en la comunidad en general. Estos beneficios representan el “Tesoro” de la Triple Hélice, que motiva a las partes e impulsa el esfuerzo coordinado a nuevos niveles de actuación. Pero hay más, pues cada uno de los sectores tiene su propio beneficio específico.
El “Tesoro” se reparte
Las empresas socialmente responsables comparten con el gobierno y la academia el interés por el beneficio colectivo. Esto no impide, sin embargo, que cada uno obtenga adicionalmente beneficios específicos que le permitan reforzar su desempeño y por tanto su contribución al esfuerzo colaborativo. Para las empresas el beneficio específico es fácilmente medible pues se refleja en rentabilidad y crecimiento. Menos perceptibles pero igualmente importantes en el largo plazo son las diferentes fortalezas que la empresa desarrolla y que normalmente se traducen en una mejora en su competitividad.
Por su parte, el gobierno y sus diferentes instituciones se vuelven en alguna manera más competitivos al desarrollar sus capacidades de apoyo y afinar su sensibilidad a las necesidades del sector productivo y la economía en general. El modelo de cluster le permite además enfocar mejor sus programas de apoyo, coordinando internamente con mayor eficiencia y efectividad las diferentes instancias que deben involucrarse (infraestructura, promoción económica, mejora regulatoria, etc.). No debe menospreciarse como un efecto secundario los beneficios directos de desarrollo personal y profesional que la participación en la operación de un cluster trae para los funcionarios públicos que Seguir leyendo
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