Los Milenarios y los Clusters

Hasta la llegada de los Milenarios, nunca en la historia podría haberse hablado de una generación verdaderamente globalizada. Aunque es un término acuñado en Estados Unidos para referirse a los nacidos entre los años 1980 y 2000, sus características y hábitos son compartidos a lo largo y ancho del mundo gracias a la globalización de las comunicaciones y al rápido crecimiento de las tecnologías facilitadoras de las redes sociales.

Pero no es sólo su alcance global lo que la distingue, sino un conjunto de valores y actitudes que retan, más que en generaciones anteriores, el status quo y la manera de conducirse en lo individual y lo colectivo. Algunos antropólogos se preocupan por esta homogeneización de estilos y el sacrificio de diversidad ideológica que esto implica. En cualquier caso, es un factor a tomar en cuenta por su impacto en  todas las áreas, incluyendo los mercados de consumo, la interacción dentro y entre organizaciones y hasta en las relaciones entre los gobiernos y sus ciudadanos.

Ésta es una generación que pronto impondrá su estilo y condiciones. Es por tanto importante conocerla mejor para asegurar el éxito en la comercialización de los productos de los clusters así como efectividad y armonía en las empresas y en los procesos de clusterización.

El Milenario* en la organización

El Milenario llega con nuevas reglas de conducta a las organizaciones:

  • Grandes expectativas – desde su integración a la organización, sus expectativas son altas y siente un derecho natural a un trato especial. Siente que los conocimientos adquiridos en la escuela lo pone en una situación de paridad con quienes llevan tiempo en la empresa.
  • Necesidad de velocidad – tiene prisa por contribuir y tener un impacto reconocido en su entorno. No tiene la paciencia para pasar por un proceso de capacitación largo.
  • Redes sociales – mantiene un fuerte y constante contacto con personas fuera de su organización. La confianza en su red personal lo lleva a un entendimiento diferente Seguir leyendo
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La Triple Hélice y la Nueva Cultura Laboral

El concepto de la Triple Hélice está ya muy establecido. Esta alegoría usada para representar la coordinación de esfuerzos entre los sectores productivo, académico y gobierno es particularmente afortunada en transmitir los valores de unión, equidad, balance y dinamismo que deben caracterizarla.

En ocasiones el componente productivo se identifica solamente como el sector privado y se propone incluir un componente adicional para incluir a la fuerza laboral. Se separan así dos elementos de la empresa (inversionistas y trabajadores), planteando implícitamente un divorcio de intereses propio de otros tiempos.

Por otro lado, el involucramiento de los trabajadores en procesos de desarrollo regional, tales como los clusters, debe partir desde el seno de las propias empresas. Aún en la perspectiva más amplia de los sindicatos y confederaciones de sindicatos, en su empeño por buscar mejores condiciones de trabajo y bienestar de los agremiados, el esfuerzo no puede estar divorciado de las consideraciones económicas y de mercado que condicionan el actuar de las empresas. Por su parte los patrones y administradores no deben abandonar su responsabilidad por quienes dependen de su trabajo para vivir. Estas dos perspectivas no pueden manejarse en forma independiente y de aquí la necesidad de un planteamiento conjunto, el del Sector Productivo. Este planteamiento conjunto se facilita en el contexto de lo que se ha denominado la Nueva Cultura Laboral.

La reforma pendiente

En México la ley laboral data de 1973 y a pesar de repetidos esfuerzos no ha sido posible pasar una reforma legal. Pareciera como si alguien se beneficiara de esta inmovilidad que tanto afecta al país, a sus trabajadores y a los patrones. La Nueva Cultura Laboral fue una respuesta de COPARMEX (Confederación Patronal Mexicana) ante la necesidad de establecer nuevas bases de colaboración y diálogo entre trabajadores y patrones. En 1995, los esfuerzos de COPARMEX llevaron a la firma de un acuerdo con la CTM (Confederación de Trabajadores Mexicanos) con el objeto de iniciar una etapa de colaboración, basada en los nuevos valores y aptitudes Seguir leyendo

Problemas que no son Problemas

El truco es reconocer la diferencia”

Todos tenemos problemas. Pero tener ‘problemas’ no es en sí un problema pues es algo que es parte del diario vivir. Sin embargo, una distracción común que inhibe nuestro actuar son aquellos supuestos ‘problemas’ que consideramos indispensable resolver antes de hacer otra cosa. El problema verdadero es que estos ‘problemas’ no son necesariamente tales y que el condicionar la acción a su solución sólo pospone todo indefinidamente.

El problema parte de como definimos los ‘problemas’. Un primer enfoque nos lo da la máxima oriental: «si tu problema tiene solución, no te preocupes; si no la tiene ¿para qué te preocupas?».

Una manera mas práctica de definir los ‘problemas’ la aprendí de Leonel Guerra. Leonel parte de los resultados de los ejercicios de FODA’s (o DAFO’s) y establece que cualquiera de estos elementos puede ser fuente de un ‘problema’. Éste sería el caso de una Oportunidad que se nos escapa, una Amenaza que se vuelve realidad, una Fortaleza que perdemos o una Debilidad que hace crisis. El ‘problema’ así definido adquiere un sentido de urgencia y obliga a soluciones especiales e inemdiatas.

Pero ¿qué pasa con los problemas de largo plazo?, esos que no tienen solución o bien que ésta es muy remota y compleja. Leonel define estos problemas como ‘Restricciones’, es decir, como nuevos límites al espacio de acción en el que podemos actuar. El reconocer y aceptar estos límites nos obliga a ser mas creativos en la búsqueda de soluciones y a expandir nuestro espacio de acción en nuevas direcciones. Esta actitud nos evita seguir perdiendo el tiempo tratando de vencer un límite infranqueables (al menos en el corto plazo) permitiendo el uso de nuestro tiempo y recursos en un esfuerzo más prometedor.

Tomemos como ejemplo a alguien que por una desafortunada razón ha perdido la vista. Hay dos respuestas ante esta situación. Una de ellas es considerarlo un problema y esperar encontrar una solución para recuperar la facultad perdida. Una respuesta más razonable es Seguir leyendo

Las Metáforas del Cluster-Manager

Trabajando una nota anterior sobre las “Tribulaciones del Cluster Manager” (https://clusterizando.com/2010/12/19/las-tribulaciones-del-cluster-manager/), me surgió la inquietud de encontrar una buena metáfora para el Cluster Manager (CM). El resultado: nada. O mas bien varias, aunque ninguna verdaderamente refleja las circunstancias tan especiales en las que opera el CM, en un contexto de participación voluntaria y con poca estructura.

¿Y para qué una metáfora? Es un medio para facilitar la transmisión de  una idea con la ventaja adicional de que facilita su recordación. A la máxima de que “una imagen vale más que mil palabras” alguien añadió: “y una metáfora vale más que mil imágenes”. Así que veamos los resultados de este primer esfuerzo.

Conductor de Orquesta– Esta es una metáfora para el líder de un equipo, algo trillada y muy criticada porque deja poca flexibilidad de acción a los demás participantes. Sin embargo, Benjamin Zander, conductor de la Sinfónica de Boston, hace un reconocimiento que sirve de reflexión para el CM. Zander nos recuerda que el Conductor es el único miembro de la orquesta que no emite sonido alguno. Por otro lado, si bien es verdad que esta metáfora señala la necesidad de coordinar esfuerzos  y expresiones muy variadas, implica también un grado de control sobre los intérpretes o ejecutantes que el CM no alcanza.

Líder de una banda de Jazz– Esta metáfora mejora la de la orquesta, pues en la interpretación del Jazz se ofrecen amplias oportunidades para la improvisación y para la alternancia del liderazgo en la ejecución. Esto permite el despliegue del virtuosismo de cada uno de los integrantes sin que se rompa la armonía y coordinación en torno a un tema y mensaje central. Esta metáfora hace evidente un importante reto del CM quien debe no sólo respetar sino hasta explotar las individualidades, así como los diferentes estilos e intereses.

Chef de Cocina- Un viejo proverbio apunta a uno de los principales secretos de un buen chef: “Recaudo hace cocina y no Catalina”. En otras palabras de nada sirve la mejor receta si los ingredientes no son los adecuados ni de calidad. He aquí un reto importante del CM quien debe hacer un esfuerzo Seguir leyendo