“Ya estoy hasta el tope de tecnologías, clusters, innovación, desarrollo. Volteo alrededor y veo las mismas actitudes de hace 30 años”
Este es un mensaje que recibí recientemente de un buen amigo, empresario comprometido con su comunidad, con mucho trabajo y entrega en su haber. Muestra la desesperación que muchos compartimos al ver que, pese a tantos y prolongados esfuerzos, son pocos los avances y los resultados, máxime si los comparamos con los que se ha logrado en este mismo plazo en el sureste asiático. Cuestionaba en particular los programas de trabajo de los organismos empresariales propugnando por un enfoque directo al cambio de actitudes.
Su lectura del problema es contundente. Lo que nos frena es la falta de cambio en las actitudes, estas actitudes que nos mantienen en el estado actual. Acompaña su reclamo con una recomendación de una versión más de las listas que abundan en internet y que por sus similitudes caen ya en el ámbito del dominio común. Esta lista no es muy diferente de otras que hemos visto por ahí, pero no por ello deja de tener fuerza y vigencia. Se le puede tachar de reduccionista y simplista pero no por ello pierde su valor como referencia para una reflexión obligada y, por qué no, para la evaluación y toma de acciones pertinentes. Esta lista en particular no ofrece ninguna sorpresa especial. Es una versión para adultos de lo que nos ofreció ya hace tiempo Robert Fulghum en su pequeño bello libro “All I Really Need To Know I Learned In Kindergarten”.
La lista, presentada en este caso por Gestor Tecnics Consulting, se encabeza con una pregunta y se refiere a comportamientos comunes a la mayor parte de la población en países desarrollados:
“¿La diferencia que hace la diferencia?
- Lo ético como principio básico.
- El orden y la limpieza.
- La integridad.
- La puntualidad.
- La responsabilidad.
- El deseo de superación.
- El respeto a las leyes y los reglamentos.
- El respeto por el derecho de los demás.
- Su amor al trabajo.
- Su esfuerzo por la economía y acometimiento.
Los Clusters como distracción o como apoyo
Mi respuesta de ninguna manera se orientó a cuestionar estas premisas. Sin embargo, en contra de la opinión de muchos que afirman que este cambio de actitudes lleva generaciones, me inclino por quienes observan día a día que es posible cambiar la actitud y el comportamiento en tan solo un minuto, tiempo que lleva cruzar físicamente el puente internacional entre Cd. Juárez y El Paso TX. La existencia, del otro lado, de instituciones fuertes mucho tienen que ver en esto.
Nuestras organizaciones tampoco pierden el tiempo con sus programas como los de desarrollo del empresario. Trabajan desde los temas de responsabilidad social hasta la necesidad de trabajar en la formalidad, ambos incluidos en esta lista. También se ha promovido la necesidad del trabajo conjunto y coordinado de empresarios, gobierno y sociedad, con visión de largo plazo, y empujando a tomar los riesgos inherentes de los proyectos ambiciosos. Por su parte los Clusters promueven muchos de los valores listados, incluyendo notablemente la colaboración y la complementariedad. En cuanto a la tecnología y la innovación, su promoción lleva consigo el reto de cambiar la manera de hacer las cosas, con una inclinación a probar lo nuevo arriesgándose a crear algo diferente y tal vez mejor.
Hay, ciertamente, muchos motivos para desesperarse pues, a pesar de tantos esfuerzos, los resultados son aún magros. De cualquier manera, la mejor manera de promover nuevas actitudes no es hablando de ellas sino poniéndolas en acción a través de los aún modestos esfuerzos de nuestras instituciones. Debemos tal vez hacer mayor uso de la difusión de estas acciones y, mejor aún, de los ejemplos de empresarios y empresas locales que han sabido asumir estas actitudes.
Todo esto nos lleva una vez más a un tema que hemos comentado mucho aquí y allá, el del liderazgo, ese recurso, a veces escondido pero siempre presente, que requiere desarrollarse mucho más. Es aquí donde debemos empezar. Algo se está haciendo, pero indudablemente es insuficiente. La responsabilidad es de todos, o al menos de aquellos que se decidan a involucrarse y actuar.
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Hola Dr, me parece importante el tema de las actitudes y cultura, particularmente para el caso de México, en eso está la raíz de muchos de nuestros problemas, en cómo hacer el cambio está lo más interesante
Excelente tema, que buena iniciativa de ponerlo de relieve. Me salta una inquietud despúes de leerlo con detalle. Dado que los cambios en las actitudes y la cultura podrían tener un fuerte impacto en la economía, en los clusters y en la sociedad en general, ¿porque esta clase de cambios no son impulsados por la política pública y por el contrario se espera que ocurran por un proceso de contagio eventual e incierto, persona por persona esperando que una suficiente cantidad de personas los adopten y se logre el cambio deseado? Creo que los temas de cambio de actitudes están «libres a su suerte» y peligra su contagio en beneficio de la economía y la sociedad, no seria mal tener campañas o programas que cambien las actitudes socialmente benéficas, estas campañas ya se hacen para cuestiones de salud, por ejemplo promover la cultura del ejercicio, de la sana alimentación, etc acaso las buenas actitudes y prácticas organizacionales no podrían mejorarse de la misma forma. Gracias por leer esta inquietud, saludos!
Hola, Leonardo:
Coincido en que no podemos dejar esto al azar, sin embargo no creo que se pueda esperar mucho de campañas de gobierno. Este tema corresponde a la ciudadanía organizada a través de sus instituciones empresariales y sociales. Éstas ya promueven estas actitudes en sus diferentes programas pero les hace falta más apoyo de todos nosotros. Por eso la nota concluye en que la responsabilidad es de quien quiera asumirla. No perdamos más tiempo esperando a que los políticos hagan su tarea.
Alonso
Hola Alonso. Toda la razón del mundo. Después del diagnóstico que se preparó por parte de la OCDE y de muchos años, algunos de ellos a tu lado, me queda claro que el tema es de acuerdos entre los stakeholders, liderazgo compartido entre los sectores público, privado, social y académico, así como la implementación de políticas integrales. Para todo ello, como bien lo mencionas en tu artículo, lo que hace falta es liderazgo.
Excelente, cualquier esfuerzo por cambiar actitudes sociales es meritorio. Estoy convencido de la capacidad de la sociedad civil organizada cono detonador dr cambios, no obstante dado el comentario de la nota, reconociendo pocos avances en 30 años, quizá la estrategia de contagio persona a persona pudiera enriquecerse con política publica, el gobierno suele dar cabida a iniciativas organizadas de grupos sociales. Al final la cultura empresarial es un bien público de alto impacto y por ende de responsabilidad del estado. Solo es una idea para acelerar el proceso de un cambio conveniente a todos. Saludos en hora buena por discutir estos temas