La mercadotecnia nos ha vendido la idea de que es necesario designar un día especial para el Amor y la Amistad (algo parecido pasa con el Día de la Madre), como si fuera algo que no hace falta cultivar el resto del año. En su defensa, al menos podemos concederles que tiene el efecto positivo de despertar conciencias y revivir temas que la rutina diaria deja en segundo término o da por sentado.
Provocados de esta manera, es hoy entonces una buena oportunidad para reflexionar brevemente sobre el amor, o la fraternidad, entre los pueblos latinoamericanos.
Indudablemente que el sentimiento existe en alguna parte, como lo constatamos fácilmente al visitar una nación del vecindario y darnos cuenta de que nos sentimos igualmente en casa. Son tantos los elementos culturales que compartimos que las pequeñas diferencias, sobre todo en el acento y algunos usos del lenguaje, se vuelven atractivos adicionales para acercarnos más. Esto es ciertamente verdadero aún en los casos en que las naciones y gobiernos tengan problemas políticos y rivalidades comerciales entre sí. Al nivel de la persona las barreras no existen y los lazos fraternales son fácilmente establecidos y reforzados aún entre extraños.
De aquí salen dos preguntas. Por un lado, ¿por qué no experimentamos esos mismos sentimientos fraternales con nuestros propios conciudadanos? ¿es más fácil querer a quienes vemos una sola vez que a aquellos con los que convivimos diariamente? Esta pregunta la dejaremos para los sociólogos, para concentrarnos en una segunda más pertinente a este blog y RedLAC: ¿Cómo podemos transformar esos sentimientos afectivos pasajeros cuando visitamos otro país en lazos formales que nos lleven a una verdadera colaboración y solidaridad entre naciones hermanas?
La primera respuesta práctica que viene a la mente es buscar mecanismos para mantener vivas las relaciones. Esto no es algo difícil, como la atestiguan tantas organizaciones multinacionales, pequeñas y grandes, que se han establecido a lo largo y ancho de América Latina. Una segunda respuesta nos lleva a algo mas esencial: el objetivo de esta asociación. Es válido que el propósito simplemente sea el mantenerse en contacto, como es el caso de las redes sociales hoy tan de moda. Pero hace falta algo de mayor trascendencia no sólo para justificar el esfuerzo sino para alimentarlo y crecerlo día a día.
En el caso de RedLAC, en este espíritu fraternal hemos escogido el tema del desarrollo económico, buscando éste como medio para poder ofrecer oportunidades para todas las personas y comunidades de la región. Y hemos ido un poco más lejos al concentrarnos en promover la metodología de clusters, convencidos de su efectividad y validez en muy diversas circunstancias.
¡Transformemos la fraternidad latinoamericana en acciones y resultados concretos en beneficio de todos y cada uno! No cejemos en nuestros esfuerzos de acercamiento y de trabajo conjunto. Nuestra Gran Región y nuestras pequeñas regiones lo necesitan. En nosotros está el dar.
FELIZ DÍA DEL AMOR Y LA AMISTAD 2010
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