El camino más rápido a los verdaderos resultados

Los resultados concretos son, o al menos deberían ser, la motivación central y el objetivo último de la clusterización. Por resultados nos referimos a los efectos positivos en la economía de la región medidos a través del crecimiento y desarrollo de sus empresas, la creación de empleo y riqueza, incremento en la competitividad y el desarrollo de la infraestructura, todo ello encaminado a mejorar la calidad de vida de la comunidad. Desafortunadamente, con frecuencia se confunden productos con resultados y medimos el avance de los clusters con indicadores intermedios tales como el número de empresas involucradas, el número de alianzas establecidas y la extensión de los planes de acción. Aún peor es cuando medimos este avance en términos de insumos tales como los recursos invertidos, el número de sesiones de trabajo y de participantes en las mismas, y los kilómetros recorridos en los viajes fuera de la región.

Este engaño es entendible por un lado por nuestra necesidad de sentir que algo estamos haciendo y que estamos avanzando; por otro por la dificultad en obtener estos resultados con recursos limitados y en un plazo relativamente corto. De aquí la necesidad de encontrar enfoques más eficientes para lograr los resultados que justifiquen nuestro esfuerzo y satisfagan las expectativas de quienes nos apoyan.

ACTIVOS, CAPACITACIÓN Y SISTEMAS

Con el riesgo de simplificar demasiado, podemos identificar tres  maneras de lograr estos resultados:

–       Activos– la primera es invertir en activos, ya sea equipos que den mayor capacidad y/o productividad, tecnología para productos de mayor valor agregado o infraestructura en cualquiera de sus modalidades.

–       Desarrollo del capital humano– otra opción es contar con un personal más calificado a través de la capacitación y programas educativos de mayor alcance

–       Sistemas– la tercera opción consiste en buscar hacer las cosas de manera diferente, con el mismo equipo y el mismo personal pero modificando la organización y/o los procedimientos

Estas alternativas no son excluyentes. Incluso en muchos casos se requieren las tres simultáneamente en combinaciones variables. Sin embargo, en términos de costo (inversión) y tiempo de respuesta hay diferencias importantes que nos deben orientar para establecer prioridades. Estas diferencias se esquematizan en la siguiente tabla:

Como se indica con el tamaño de los símbolos, en el caso de los activos el costo es normalmente sustancial aunque el tiempo de respuesta puede ser relativamente moderado. Por otro lado, los esquemas de desarrollo de personal pueden ser relativamente económicos pero el tiempo necesario para lograr la transformación y el cambio cultural puede ser demasiado largo. Por su parte el trabajar con los sistemas presenta la mejor combinación: un costo relativamente bajo, sobre todo si se utilizan los mismos equipos y recursos, y un tiempo de respuesta muy rápido, ya que los cambios pueden estar en funciones prácticamente de la noche a la mañana.

En conclusión, antes de ponernos a pensar en grandes inversiones en equipo o de procesos de desarrollo humano muy prolongados, analicemos con detalle como estamos haciendo las cosas. Encontraremos que pequeños cambios pueden conducir a grandes resultados. El mismo proceso de clusterización es un buen ejemplo de esto, ya que en el fondo un cluster es una nueva manera de coordinar los actores de la triple hélice.

 

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