Cuando hablamos del desarrollo regional damos por sentado que está claro, para nosotros y para los demás, a que región nos referimos. Damos por obvio este paso inicial y básico en cualquier proceso, la definición del ámbito de acción. El problema es más complejo de lo que parece pues no sólo nos enfrentamos a perspectivas individuales diferentes sino también a una definición territorial que cambia dependiendo del tipo de estrategias y acciones que contemplemos.
Por ejemplo, en la perspectiva de los gobiernos, la regionalización cambia dependiendo de la instancia involucrada. Las divisiones en estados, municipios y distritos normalmente tienen orígenes históricos y políticos, aunque tienen también su peso los accidentes geográficos. Estas divisiones políticas son esencialmente para propósitos políticos pero su uso para programas de educación no presenta mayor problema ya que facilita el manejo de presupuestos y la supervisión. Para los temas de salud la situación se complica un poco ya que para esto son factores importantes las concentraciones y flujos de población como lo son y, sin duda, las condiciones climáticas que determinan a su vez enfermedades y agentes patógenos. En lo económico, el grado de complejidad llega a su máximo en vista de la gran diversidad de intereses humanos. Esto resulta en una regionalización que en la práctica es dinámica y cambiante, y que adicionalmente presenta diferentes definiciones dependiendo de la actividad económica involucrada. Es aquí donde la organización gubernamental enfrenta su mayor reto ya que normalmente se rige por una regionalización política. Además, un contraste muy importante es que la regionalización económica no necesariamente puede reflejarse en una división geográfica tradicional ya que puede involucrar traslapes, discontinuidades y vacíos.
Consejos para el Desarrollo Económico Regional (CODER’s)
Son muchos los argumentos a favor de la ciudadanización de la acción del gobierno, a través de consejos consultivos y operativos de diversa índole, y un rol más activo de las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC’s, mal llamadas Organizaciones No Gubernamentales, ONG’s). El plano económico no sólo no es la excepción sino un caso donde es especialmente necesario esta participación ciudadana. De hecho, con excepción de la fijación de las políticas macroeconómicas, la práctica ha demostrado que en la promoción del desarrollo económico el rol del gobierno debe ser de soporte, dejando al sector productivo el liderazgo en la acción y en la búsqueda de nuevas oportunidades. Adicionalmente, deben abrirse espacios a los sectores académico y laboral, y a la sociedad en general bajo el esquema de la Triple Hélice.
Para este propósito, un mecanismo probado es la creación de consejos regionales enfocados al desarrollo económico (CODER’s). Estos consejos, preferentemente encabezados por un empresario, tienen como objeto el establecer y dar seguimiento a planes de acción para desarrollar la economía de una región. Su funcionamiento se basa en la articulación de los diferentes actores locales así como la interlocución y el cabildeo con instancias de gobierno. Un componente importante de su tarea son acciones propias del sector productivo en términos de nuevas inversiones y la asunción de los riesgos correspondientes.
Retomando el tema inicial de esta nota, la definición del ámbito de acción de cada CODER, es decir su región, es un factor determinante en su efectividad. La acción ciudadana tiende a ser localizada por razones de familiaridad y confianza, pero una extensión demasiado limitada tiende a despreciar las economías de escala y se corre el riesgo de no alcanzar la masa crítica necesaria. Por otro lado, una región demasiado extensa dispersa los objetivos y puede generar ineficiencias y desgastes por rivalidades, además de dificultar una comunicación constante y expedita. El balance entre estos extremos dependerá mucho de las condiciones específicas y de los liderazgos y la cohesión de los grupos. La mejor aproximación es con una mentalidad abierta y flexible, lista para hacer los ajustes sobre la marcha. Existe además una tercera vía, la de la articulación de acciones conjuntas entre regiones en los casos donde esto representa una ventaja.
Consejo de Consejos
Una consideración final tiene que ver con la coordinación entre los diferentes CODER’s de un estado o provincia. Las regiones muestran diferentes avances en su madurez para involucrarse en un plan de desarrollo. Es por esto que el mecanismo de implementación a nivel estatal o provincial deberá contemplar ajustes del tipo ‘liderazgo situacional’, es decir adaptando los esquemas de dirección y soporte de un consejo estatal a las capacidades locales. En particular, deberá tomarse en cuenta la fortaleza económica así como la fortaleza de liderazgo local.
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