A través de los siglos, diversos países y regiones han alternado en el rol céntrico como fuente de las innovaciones, aportando predominantemente a la dinámica económica y social en forma global. Los procesos de relevo entre regiones dominantes han sido siempre fuente de fracturas y rompimientos que al trastocar el orden existente abren oportunidades inéditas no sólo para los nuevos actores sino para el mundo en general. Las señales de que estamos actualmente inmersos en un proceso de este tipo son cada vez mayores y tal parece que nunca como ahora había sido tan apropiado el término de economías emergentes para quienes ahora se encaminan a tomar estos liderazgos. Pero las innovaciones no se están dando solamente en forma de nuevos productos, sino también en la aplicación de nuevas prácticas de organización y comercialización que están cambiando a fondo la manera de hacer negocios.
El mundo de cabeza
Con esta tesis, la revista “The Economist” de esta semana (15 abril 2010,http://www.economist.com/displayStory.cfm?Story_ID=15879369&fsrc=nlw%7Chig%7C04-15-2010%7Ceditors_highlights9) incluye un interesante reportaje especial denominado “El mundo de cabeza” sobre la innovación en los mercados emergentes. Su punto central es que se ha roto el flujo unidireccional partiendo del mundo Occidental y que muchas innovaciones, en particular las referentes a nuevos modelos de negocios, se están generando en las llamadas economías emergentes. Más significativo aún es que, en un proceso inverso al tradicional, estas innovaciones están influyendo cada vez más en la operación de las economías desarrolladas y las empresas trasnacionales.
Ésta podría ser una noticia muy alentadora para nuestras economías latinoamericanas, de no ser por que nuestra región está penosamente ausente entre los ejemplos proporcionados en los diferentes artículos que componen este reportaje. En efecto, la mayoría de los ejemplos vienen de Asia y África, aunque el liderazgo de la India en este campo es muy evidente. (Nota: esto me recuerda que el próximo Congreso Mundial de Clusters de TCI tendrá lugar precisamente en Nueva Delhi a finales de noviembre de 2010, www.tci-network.org/news/card/28).
El mensaje para Latinoamérica es claro: es necesario reforzar nuestros procesos de innovación, capitalizando en esquemas colaborativos como los clusters y la triple hélice.
El reportaje destaca tres tendencias relevantes en cuanto a los nuevos modelos de negocios:
– Se replantea el concepto de crecimiento interno y estandarización para lograr las economías de escala. En su lugar se está dando un crecimiento combinado basado en una red de colaboración de proveedores, fabricantes y comercializadores donde inclusive el propio cliente final juega un papel integral.
– En otro rompimiento, se están abandonando los modelos que privilegian la producción basado en la oferta (‘push’) a un modelo productivo basado en la demanda (‘pull’) con la mayor flexibilidad y eficiencia de alianzas y redes cambiantes y temporales.
– Sin embargo, posiblemente el modelo de negocio más innovador del mundo en desarrollo es el resultante de aplicar técnicas de producción en masa para proveer servicios complejos y sofisticados. Esto se inició en los servicios de TIC’s (tecnologías de la información) pero su uso se ha extendido con gran éxito a las ciencias de la salud donde se ha logrado bajar los costos un orden de magnitud sin afectar y hasta mejorando la calidad.
Adicionalmente, las condiciones de mayor inestabilidad política y económica en las economías emergentes han propiciado la resurgencia del concepto de conglomerados altamente diversificados, especie prácticamente extinguida en occidente en los 80’s y 90’s, como medio para enfrentar las limitaciones financieras y de personal capacitado.
El concepto de cliente está también siendo revolucionado, llevándolo mucho más allá de la idea de que el ‘cliente es rey’. Las compañías parten de la idea de satisfacer las necesidades de la gente en pobreza extrema rediseñando no sólo los productos sino el proceso de producción en su totalidad. De esta manera nadie queda excluido de la categoría de cliente/consumidor. Bajo este enfoque de innovación ‘Frugal’, los productos y servicios se simplifican al máximo, con la idea de fraccionar los costos, y se rediseñan para la durabilidad en condiciones extremas y facilidad de uso.
Las nuevas condiciones han abierto así grandes oportunidades para nuevas empresas de las economías emergentes, de las cuales un número significativo se ha unido a la lista de las mayores empresas del mundo. En la lista de Fortune Global 500 de 2009, aparecen 92 empresas de economías emergentes, de las cuales 11 son de Latinoamérica, mientras que los números para el 2005 son 39 y 5 respectivamente, un crecimiento notable en tan sólo 4 años. Pero las grandes corporaciones mundiales no se han quedado con los brazos cruzados para aprovechar estas tendencias. Casos interesantes son Nokia y GE para quienes la atención a las necesidades de los mercados emergentes ha resultado en el desarrollo de poderosos productos globales a partir de su red de centros de I+D localizados en estas zonas.
Ciertamente la actividad innovadora en Latinoamérica requiere reforzamiento. Sin embargo, hay esfuerzos ejemplares que requieren difusión y de los que podemos aprender mucho. Uno de estos casos (Octantis, en Santiago de Chile) fue presentado por César Hidalgo en el reciente Congreso Mundial de Clusters de Turismo en Punta Cana, cuya presentación puede ser consultada en:
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Gracias Alonso.
La presentación de Octantis comparto de que fue muy sugerente.
Xavier Ferràs, director de innovación de la agencia de competitividad de Cataluña, escribió este libro: «Pasión por innovar» el cual recomiendo tanto para pocesos empresariales, como proyectos concretos e incluso procesos personales.
Saludos