Daniel Covarrubias, originario de Nuevo Laredo en la frontera de México con Estados Unidos, es actualmente miembro de Orkestra – Instituto Vasco de Competitividad – y estudiante de doctorado en la Universidad de Deusto. Tiene un fuerte interés en la competitividad transfronteriza y su presentación sobre este tema recibió un reconocimiento especial en el reciente Congreso Mundial de Clusters TCI 2012, que tuvo lugar en San Sebastián. Aquí nos comparte algunos de los elementos centrales de su estudio.
En los últimos años una gran cantidad de literatura se ha escrito, a través de una serie de disciplinas académicas, tales como la economía, la administración de empresas y la geografía, para enfatizar que los Modelos Territoriales de Innovación (TIM’s por sus siglas en ingles) desempeñan un papel clave en el desarrollo económico y la competitividad de las regiones. Al mismo tiempo, existe un interés renovado y creciente sobre el rol que el capital social y la innovación social juegan en la continua formación de estas regiones competitivas. En base a estas nuevas tendencias en el desarrollo regional he desarrollado la propuesta de un modelo analítico, como un intento de conceptualizar y poder explicar mejor el valor de la fusión de estas dos teorías, particularmente en el contexto de las regiones transfronterizas las cuales experimentan complejas condiciones sociales y económicas.
Hay una falta de investigación sobre la importancia de las relaciones sociales dentro de las actividades económicas y la forma en que afectan directamente a los Modelos Territoriales de Innovación. La literatura TIM hace mención sobre una base social dentro de sus modelos, simplemente no explica cómo funciona esa base social.
Una gran cantidad de los estudios sobre los modelos territoriales de innovación se centra sobre las tres principales bases que integran dichos modelos (Asheim et al, 2003:. Cooke, 2003, Wolfe, 2003, Isaksen, 2002, Malmberg y Maskell, 2002). Las bases que se han identificado son las siguientes: 1. –Base Económica (Mercado), 2. – Base Social y 3. – Base Tecnológica. La literatura producida mayormente en referencia a los TIM’s se centra en la primera y tercera base, la base económica y la tecnológica y en su mayor parte deja de lado las descripciones sobre cómo funciona y opera la base social.
Para ello, existe literatura interdisciplinaria para describir, comprender y explicar estas relaciones en otros ámbitos. Esta literatura incluye el excelente análisis sobre las dimensiones del Capital Social (Nahapiet, J., & Ghoshal, S. 1998) y la diversidad de definiciones y prácticas de Innovación Social (Mulgan G. et al., 2006, Moulaert, F., 2005). Uno de los principales retos de esta propuesta de modelo analítico es precisamente reunir a estos enfoques interdisciplinarios y que ellos nos permitan responder a las preguntas que carecen de enfoque en el TIM.
¿Qué es una Base Social? ¿Cuál es su impacto sobre el desarrollo económico y las estrategias de competitividad en un TIM? ¿Es esta base social digna de un trato igual al de la base tecnológica y la base económica (mercado)? Para responder a estas preguntas, presento un modelo analítico que se adapta a analizar cómo la creación de esta base social, la cual defino como la unión de los diferentes actores de la sociedad civil comprometidos bajo los esquemas de confianza, las redes y una visión compartida (capital social) y motivados a crear nuevos conjuntos de prácticas, acciones o servicios dirigidos a resolver las necesidades sociales (innovación social), impacta las estrategias de desarrollo económico y competitividad de la región. Hago hincapié en la importancia de esta base social porque estoy estudiando estos acontecimientos en contextos transfronterizos, que por sí mismos son extremadamente complejos tanto social como económicamente.
Este modelo se origina derivado de la falta de atención proporcionada a los aspectos sociales dentro de los Modelos Territoriales de Innovación y sus tendencias a tratar dichos aspectos como un hecho. Creo que estos acontecimientos deben ser estudiados con un enfoque de capital social y de innovación social, colocando los principales enfoques en la confianza, las redes, la visión compartida y las estrategias socialmente innovadoras para el bien común. Este modelo, por lo tanto, se basa en un proceso de tres etapas destinado a identificar el impacto que estos aspectos sociales (base social) tienen sobre las estrategias de desarrollo económico y de competitividad en un contexto transfronterizo. Las etapas a través del cual estos impactos se analizan son: Etapa I – identificación de las instituciones puente para la cooperación transfronteriza, la Etapa II – determinar los niveles de capital social y la innovación social dentro de estas instituciones puentes y la Etapa III – Identificar las estrategias de desarrollo económico y competitividad exitosas derivadas de estas instituciones puente.
La propuesta de este modelo analítico sirve como una guía para las investigación empírica de los casos de estudio dentro de mi disertación, Cómo impacta una base social a las estrategias de desarrollo económico y competitividad en un contexto transfronterizo: Un comparativo de casos de estudio entre la Región Laredo (EEUU-MX), Eurorregión Aquitania(FR)-Euskadi(ESP) y Öresund(SUE-DIN).
Me imagino que, al final de mi investigación, me encontrare con la idea de que la integración transfronteriza regional requiere proximidad, infraestructura, dinero, y lo más importante esfuerzo. Creo que el «esfuerzo», que se define como un intento vigoroso o determinado, es uno de los factores más influyentes para las regiones transfronterizas para existir. Es muy necesario que exista este esfuerzo por ambas partes de una región transfronteriza con el fin de poder poner en práctica políticas publicas, estimular los lazos de integración, construir infraestructura y unir a los factores socio-institucionales de la región transfronteriza.
Aparte del esfuerzo, creo que las estrategias de desarrollo económico y competitividad transfronterizas no pueden lograrse sin una base social fuerte formada por la unificación de sus dos pilares: el capital social y la innovación social. La innovación se produce a diferentes niveles o sectores. Ocurre dentro de las empresas, entre las colaboraciones públicas y privadas, en las universidades y los dos subsistemas de los sistemas regionales de innovación. Todos estos sectores tienen un denominador común, las personas. En una región transfronteriza, más que en ninguna otra región la integración social es la base para la innovación. Es por ello que este modelo busca establecer a las relaciones sociales dentro de la actividad económica en los modelos de innovación territoriales como el factor más relevante para el desarrollo económico y la competitividad transfronteriza.
Daniel Covarrubias
Orkestra – Instituto Vasco de Competitividad
@jdanielcova
Filed under: Colaboración interregional, Competitividad | Tagged: Capital Social, Competitividad, Desarrollo Económico, Esfuerzos transfronterizos |
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