Ser líder ya no es suficiente. El liderazgo individual enfrenta limitaciones severas en el complejo entorno del mundo actual. Cada vez más, los problemas que enfrentamos en los negocios y en general en la vida comunitaria requieren de soluciones que sobrepasan ampliamente la capacidad de conducción de una sola persona. Esto se ha vuelto especialmente crítico para las pequeñas empresas que en un entorno de mayor competencia se ven en la disyuntiva de unir sus esfuerzos o morir. No es muy diferente el caso de las pequeñas organizaciones cívicas que se han echado a cuestas la tarea de contribuir en la solución de los grandes problemas sociales que nos aquejan.
Tal vez no sea su única alternativa, pero para un líder en estas circunstancias la unión de esfuerzos con otros líderes es una de sus mejores opciones. Esto representa un reto particular para el líder acostumbrado a contar con la atención no compartida de sus colaboradores y cierta libertad de acción. Si bien es cierto que el verdadero líder consulta y escucha a sus seguidores, le corresponde llevar el peso de la responsabilidad en la toma de decisiones, sobre todo en los casos donde la información es limitada y deben tomarse riesgos. Sin embargo, al unir esfuerzos con otros líderes de organizaciones independientes pero afines, la autoridad y la responsabilidad se comparte bajo un nuevo esquema donde la toma de decisiones y la coordinación de acciones deben hacerse en una forma colegiada. Cómo lograr esto en una forma armónica y efectiva es el reto del asociacionismo.
Alonso Ramos Vaca – Chihuahua – 15abr09
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