
Clusters de aluvión
“El fenómeno cluster ha venido
para quedarse, pero no con su
insostenible configuración actual”
La proliferación de clusters en España es un fenómeno que recuerda a la “gota fría” mediterránea. Se ha pasado en unos pocos años de excepción a regla en las políticas de promoción económica. El efecto llamada del BOE ha producido una eclosión en el nacimiento de clusters que hoy tiene su resonancia en todas las Comunidades Autónomas, que de manera explícita o tácita han transpuesto normativas de apoyo económico, multiplicando por tres los clusters “homologados” en Madrid y adquiriendo una “cuota” europea cercana al 20 %, si damos por buena la cifra de 2 millares del Observatorio Europeo. Semejante ejercicio de fragmentación solo puede provocar la pérdida de relevancia de gran parte de las iniciativas y la dudosa viabilidad de las mismas en un escenario de contracción del gasto público. Pero paralelamente, no parece descabellado colegir que la imbricación de la visión cluster en la política industrial, desde la escala regional (y muchas veces la local) a la europea, pasando por la nacional, se instalará por muchos años.
Claves para un desarrollo sostenible
“El ámbito de un cluster debe permitir
la generación de externalidades
competitivas en las empresas”
Condición necesaria, aunque no suficiente, para la sostenibilidad de un cluster es que el ámbito de actuación del mismo permita el “brillo” del diamante de la competitividad, obviedad que no se ve reflejada en gran parte de las iniciativas actuales. Identificar los determinantes de la competitividad que son relevantes para el cluster, sus competencias esenciales, y diagnosticar el grado relativo de disposición de los mismos, permite alumbrar los vectores de desarrollo competitivo global del cluster, fuente generadora de las “economías externas” Marshalianas.
Sin ánimo exhaustivo, un ámbito de negocio común, la concentración física, una demanda global y exigente, la generación de cadena de valor, o el legado industrial, coadyuvan a disponer de la masa crítica que favorezca “los flujos de información y el ritmo de difusión de las innovaciones” (G. Becattini).
La estructura de gestión del cluster debe disponer de las capacidades distintivas que permitan el correcto funcionamiento de ese “círculo virtuoso,” generador de ventajas competitiva para las empresas del cluster, y transformar esas capacidades en gama de servicios de valor añadido, para componer un mix de financiación, donde las cuotas, patrocinios e ingresos por servicios, reemplacen progresivamente a las subvenciones no competitivas y junto a las subvenciones competitivas nacionales y europeas, equilibren la “cuenta de resultados” a medio plazo.
Incorporar desarrollo competencial del cluster y capacitación del cluster manager, puede constituir condición necesaria y suficiente para la sostenibilidad económica y la supervivencia.
De la necesidad de competir a la virtud de cooperar
“La eficiencia en la cooperación empresarial
es la gran asignatura pendiente de la empresa”
No se pone en cuestión que los principales ejes de actuación del Cluster Manager son Seguir leyendo
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