Clusterización y el Largo Plazo

Empecemos con una invitación a integrar una lista de frases y dichos que hacen referencia a un problema que todos vivimos en los procesos que buscan un cambio para mejorar. Por mi parte les propongo dos de mis favoritas: “no es el real de la mula, sino el medio del rastrojo” y “sobran iniciativas, lo que faltan son ‘terminativas’”.

Este problema es muy conocido en relación a los propósitos de año nuevo, pero igualmente pesa al iniciar una nueva empresa o al estrenarse en un nuevo empleo. Desafortunadamente es también un problema muy común en el arranque de procesos de desarrollo económico basados en clusters. Con este último enfoque tuve una breve participación en el 4CLAC: “Sostenimiento de los Procesos de Clusterización en el Largo Plazo” (ésta y otras presentaciones están disponibles en http://www.clusterlatinoamerica2009.com).

En el largo plazo …

Aún considerando la advertencia de Keynes, la importancia de no perder de vista el largo plazo requiere poca argumentación. Vale la pena, sin embargo, repetir aquí la reflexión de un buen amigo, Gilberto Pinoncélly, ya que toca también el tema de colaboración-competencia, preocupación frecuente en los clusters. Ante la explicación de que el individualismo propio de nuestra cultura es lo que frena nuestro desarrollo económico, Gilberto corrige atinadamente: “no es el individualismo lo que nos afecta, sino el ‘corto-placismo’”. En efecto, aún los intereses más egoístas se ven satisfechos en el largo plazo si colaboramos desde ahora. Es por eso que si nos preocupa el éxito en el largo plazo, debemos contar con procesos sostenibles en el largo plazo y más si los resultados relevantes no se dan de inmediato, como es el caso en el desarrollo de países y regiones.

Sostenimiento de un proceso de Clusterización

Concientes de los riesgos de sobresimplificar, nuestra propuesta para dar mayores posibilidades de permanencia se resume en dar particular atención a cuatro conceptos generales, utilizando un árbol como ilustración de referencia.

CONTEXTO – se refiere a las condiciones necesarias para que el proceso desarrolle las raíces que le den solidez y longevidad. Va más allá de simplemente esperar el momento propicio. Implica la intencionalidad de preparar el ambiente adecuado en términos de confianza y capital social, una apertura del gobierno hacia la sociedad civil y a la participación activa del sector productivo en la definición y aplicación de políticas y programas públicos. Igualmente importante es la actitud de una región que se hace cargo de su propio futuro.

ORGANIZACIÓN– es el tronco que da soporte a las diferentes iniciativas de acción y grupos de trabajo. Factores claves en su diseño son la inclusión y el liderazgo. La Triple Hélice (Gobierno, academia y sector productivo) es un modelo que ha probado ser muy efectivo. Pero además de una organización bien establecida y reconocida hacen falta los líderes y campeones que asuman como reto personal el éxito de proceso y que sirvan como catalizadores y promotores en las buenas y en las malas.

ACCIÓN – sin acción no hay plan útil. Son las ramas y sobre todo los frutos. Se requiere un plan de acción con claridad de objetivos y transparencia de intenciones que de confianza y motive el compromiso y la participación. Son tres las palabras clave: RESULTADOS, RESULTADOS y RESULTADOS.

FLEXIBILIDAD – se refiere a la evolución y renovación de todo el proceso. Son las semillas que dan lugar a nuevos enfoques para enfrentar nuevos retos. Se reconoce así que los procesos de clusterización siguen un proceso de maduración en etapas, con prioridades y requerimientos cambiantes. Inician con la etapa de ‘Conceptualización’ en la que se define el modelo y la metodología y se acuerda la visión y los objetivos, así como el plan de lanzamiento. En la etapa de ‘Lanzamiento’ lo importante es el proceso de convocatoria e inclusión, la integración de los grupos de trabajo así como el aseguramiento de los apoyos financiero y técnicos necesarios. En la etapa de ‘Operación’ se pone especial atención a la institucionalización del proceso así como a la implementación y seguimiento de las iniciativas de acción y a sus primeros resultados. Finalmente, en la etapa de ‘Maduración’ se contrastan los resultados globales con los objetivos iniciales y se revisa la vigencia de las necesidades originalmente detectadas para proceder al replanteamiento de objetivos y al arranque de un nuevo ciclo.

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